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‘Pornovenganza’ y hackeo de cámaras web, nuevas amenazas digitales que ponen en riesgo la privacidad


En los últimos días volvió a encenderse la polémica debido a la difusión de fotografías privadas de reconocidas actrices como Jennifer Lawrence y Kate Upton. Estas imágenes, que las muestran en situaciones íntimas, fueron extraídas de sus plataformas de almacenamiento online. Para lograrlo, los responsables de estos actos ilícitos hackearon los sistemas de seguridad o adivinaron las contraseñas, obteniendo acceso a material altamente confidencial. No obstante, este no es más que uno de los múltiples delitos digitales que proliferan en la actualidad.

El crecimiento de los aparatos electrónicos con acceso a la red ha dado lugar a técnicas cada vez más avanzadas para la comisión de delitos informáticos. A amenazas ya conocidas como el ciberacoso, el grooming (interacción engañosa con menores en Internet), el robo de identidad y el phishing (correos fraudulentos que simulan ser entidades oficiales para robar sus datos), se suman nuevas formas de ataque que aprovechan el incremento en el uso de contenido multimedia y conexión wi-fi, generando un entorno de riesgo constante.

Nuevas formas de vulnerabilidad

Uno de los ataques que genera más temor es el hackeo de cámaras web. En esta modalidad, los atacantes invaden dispositivos ajenos y activan la cámara web sin el conocimiento del usuario, grabando en secreto su entorno. Otro método en expansión es el “ransomware”, que consiste en el secuestro de información digital: los ciberdelincuentes se infiltran en un sistema, encriptan los archivos y exigen un pago—a menudo en bitcoins—para devolver el control al usuario.

Además, aunque aún no está plenamente tipificado como delito, la llamada difusión no autorizada de contenido íntimo ha generado un fuerte debate. Esta práctica consiste en la publicación de contenido íntimo sin el permiso de la persona afectada, con frecuencia como una forma de venganza. Relacionado con esto, el “sexting”—compartir material íntimo por celular—puede derivar en casos de chantaje y amenazas, especialmente cuando menores de edad están involucrados. Según un experto en seguridad digital, “enviar fotos comprometedoras puede exponer a los menores a situaciones peligrosas”.

La respuesta legal y las medidas de protección

En Argentina, un fallo reciente de la máxima autoridad judicial estableció que intervenir en comunicaciones privadas es ilegal. Ya en 2008, la legislación vigente había tipificado como acto ilegal la intromisión en correos electrónicos ajenos, relacionándolo con la intromisión en la privacidad.

Sebastián Bellagamba, advierte sobre la importancia de la privacidad digital: “Cuando navegamos en la red, no solo somos espectadores, sino también observados”. En respuesta a estos desafíos, su organización ha lanzado campañas informativas para ayudar a los usuarios a proteger su identidad en línea.

Por su parte, un analista de seguridad en Kaspersky Lab, señala que uno de los principales errores es la desinformación tecnológica. “El problema no es solo la falta de información, sino el uso de herramientas inadecuadas que generan una falsa sensación de seguridad y exponen aún más a los usuarios”, advierte.

En América Latina, especialistas en seguridad cibernética han trabajado en iniciativas como limpia tu nombre, dirigida por el abogado un referente en la materia, quien recomienda buscar asesoramiento legal ante estos casos. Monastersky también encabezó la denuncia contra el grupo Camus Hacker, acusado de difundir fotos privadas de celebridades.

Algunas normativas ya han avanzado en la creación de leyes contra estos delitos. En algunos estados de EE.UU., una ley vigente desde abril penaliza la difusión de material íntimo sin consentimiento, estableciendo sanciones para quienes realicen este tipo de acciones.